Cuando el olor del copal inunda el ambiente, se sabe que ya es temporada de Día de Muertos. Nuestros difuntos atravesarán el Mictlán para reencontrarse, por un momento, con nosotros los vivos. Preparemos la ofrenda para celebrar esta maravillosa tradición y así honrar la memoria de nuestros seres queridos.
Sobre el Día de Muertos: historia y significado
Bien mencionó Octavio Paz que,
El solitario mexicano ama las fiestas y las reuniones públicas. Todo es ocasión para reunirse. Cualquier pretexto es bueno para interrumpir la marcha del tiempo y celebrar con festejos y ceremonias hombres y acontecimientos. (Paz, 2014, p. 51).
Y en efecto, la muerte no es la excepción para que los mexicanos realicemos una fiesta donde el fin de la vida es un chascarrillo y a su vez un ritual.
Especialmente, el Día de Muertos tiene historia en los mayas, los nahuas, los zapotecas, mixtecas, amuzgos, atzincas, coras, cuicatecos, chatinos, chichimecas-jonaz, chinantecos, choco-popolocas, choles, chontales de Oaxaca y Tabasco, huastecos o teneek, huaves, huicholes, ixcatecos, ixiles, jacaltecos, matlatzincas, mayas, lacandones, mayos, mazahuas, mazatecos, mixes, mixtecos, motozintlecos, nahuas, pames, popolucas, purépechas, tepehuas, tepehuanos, tlapanecos, tojolabales, totonacas, triques, tzeltales, tzotziles, yaquis, zapotecos y zoques. Cada etnia tiene su propia manera de celebrar esta fecha, pero coinciden en ceremonias tipo ritual y festividades tanto familiares como públicas.
En esencia, Día de Muertos es un ritual para el encuentro con los antepasados. “Es el tiempo en el que las almas de los parientes desaparecidos regresan a las casas a convivir con sus familiares vivos.” (Mendoza en Conacultura, 2006,p. 31).
Entre las distintas acepciones del Día de Muertos podemos encontrar que también refieren al período de escasez y un período de relativa abundancia de las cosechas. Es un festival dedicado a compartir con los ancestros el beneficio de los primeros frutos.
Unido a una concepción cíclica de la vida y la muerte, el pensamiento indígena se organiza como una visión sumamente elaborada del cosmos que encuentra en la fiesta de los muertos el espacio más propicio para expresarse. (Conacultura, 2006, p.19)
Actualmente, se ha olvidado que es una festividad agrícola. En realidad, ahora tiene conjunción con las celebraciones católicas de Todos los Santos en la misma fecha del 1 y 2 de noviembre, todos los feligreses que han muerto y son acogidos por la Iglesia.
¿Cómo se celebra el Día de Muertos?
Es la recepción y acogida de las ánimas, la colocación de las ofrendas, el arreglo de las tumbas, la velación en los cementerios y la celebración de los oficios religiosos.
La ofrenda de muertos tiene un simbolismo que representa, de acuerdo a la creencias prehispánicas, el portal al inframundo. Los difuntos recorren el mictlán para visitar a los vivos.
Mediante ofrendas y altares decoradas con caminos hechos de flores de cempasúchil, fotografías de los difuntos, comida, y bebidas predilectas, se crea un altar que recibe al difunto.
Las manifestaciones plásticas, cosmogónicas están presentes en las ofrendas, la culinaria ceremonial, y la organización de los espacios rituales, así como la danza, la música, el teatro y el canto, es lo que da vida a esta espléndida y única fiesta.
Una ofrenda bien recreada tendrá por uso los siguientes elementos:
- Agua
- Sal
- Velas
- Copal
- Flores
- Fotos
- Pan
- Comida
- Bebida
- Calaveras de azúcar
- Papel picado
Los alimentos generalmente son aquellos que el difunto disfrutaba más. Para aquellos que disfrutaban el alcohol, por supuesto que se le ofrece. La creatividad de los que ofertan es parte también de la ofrenda.
Día de Muertos Xochimilco, Ciudad de México
Son los pueblos indígenas los que realizan fiestas tradicionales de Día de Muertos. Es recomendable buscar un pueblo mágico para vivir una verdadera tradición de Día de Muertos.
En Xochimilco, por su parte, se manifiesta mediante la venta de la flor de cempasúchil, misma que se cultiva en las ancestrales chinampas de los canales. Además, puedes encontrar papel picado, copal, dulces de Día de Muertos, pan tradicional, flores por supuesto, pulque, velas y disfraces.
Pero además de la venta de estos productos, el 1 y 2 de noviembre las personas salen a “calaverear”. Es decir, las personas salen a pedir dulces a las casas disfrazados de su muertito favorito. En Xochimilco, la calavereada se realiza mediante rezos. Para obtener dulces, se debe rezar una oración católica y gritar “la calavera”.
¡Es impresionante la cantidad de casas que se disponen a regalar dulces a todos los muertitos que deambulan por la calle!
Además, la venta de comida tradicional abunda, tales como los tamales, atole, mole, quesadillas, enchiladas, dulces mexicanos tradicionales, y más. Es decir, Xochimilco es tradicional y se apega a rituales de antaño aptos para toda la familia.
Recomendamos visitar Xochimilco en Día de Muertos. La dinámica, pedir calaverita. El 1 es para los niños, el 2 para los más grandes.
Para terminar
Poco a poco se van perdiendo nuestras tradiciones. Fiestas como el halloween ahora son más atractivas para las nuevas generaciones. Sin embargo, por todo el mundo, las personas se maravillan de nuestras costumbres. Es irónico que los extranjeros aprecien más lo nuestro, que nosotros mismos. Hagamos de estas fechas un verdadero Día de Muertos.
Bibliografía: Conacultura (Coordinación Nacional de Patrimonio Cultural y Turismo). La festividad indígena dedicada a los muertos en México. Patrimponio Cultural y Turismo. Cuadernos 16. En línea: https://www.cultura.gob.mx/turismocultural/publi/Cuadernos_19_num/cuaderno16.pdf
PAz, O. (2014). El laberinto de la soledad. Postdata. Vuelta a “El laberinto de la soledad”. México: Fondo de cultura económica.