Sobre las Trajineras de Xochimilco: breve relato
Es un medio de transporte que ha servido por cientos de años a las personas que habitan estas tierras, y que se pueden contemplar hoy en día en una visita, pues son muy conocidas. Los habitantes de la zona las miran indiferentemente, pero los extranjeros las observan horizontalmente una y otra vez.
En Xochimilco, el sol resplandece apenas y los trabajadores de los canales se desplazan por tierra y agua para proveer sus necesidades del trabajo. Las trajineras navegan por los canales silenciosamente empujadas por un remo que se estanca en el fango de estas tierras fértiles.
Cómo lucen las trajineras
Las trajineras se construyen con troncos gruesos, tablones y vigas. A simple vista son canoas alargadas, pequeñas balsas que solo se diferencian de todas las demás por sus carismáticos colores, mismos que son asignados por sus dueños de tez morena, ojos taciturnos y manos callosas.
Sin embargo, su forma guarda un secreto: es la figura truncada de una pirámide de base rectangular, tal cuales se muestran las pirámides del Sol y la Luna. De esta manera, se hunden en el agua pero de forma invertida.
De los colores de la pintura de las canoas, el amarillo y el rojo son los de la Maquizcóatl, serpiente que existió en los pantanos.
Otra característica de las canoas es que se les marca el nombre del propietario y una frase de identificación en los brazos, por ejemplo: “Hilarión Basilio” o “Despacio pero llegamos”.
Con el tiempo, se agregaron ornamentos, principalmente flores, sobre los letreros que presentan a la canoa, para acariciar los nombres de las concursantes de La Flor más Bella del Ejido, certamen que pretende respetar y reconocer la belleza de las mujeres mestizas.
Sobre la mitología que guardan las Trajineras de Xochimilco
Es verdad que las canoas han existido en distintas culturas a lo largo de la historia. Se usaron en los Países Bajos, en Nigeria, en el Caribe, en el actual estado de Washington y en algunas zonas de Australia, y en Veracruz (México) por mencionar algunos países y lugares. La particularidad de las trajineras de Xochimilco es, sin embargo, su mitología.
A diferencia de otras grandes culturas, poco se conoce sobre la mitología Xochimilca. Los xochimilcas adoptaron recursos mitológicos de la cultura más importante que existió hasta antes de los aztecas: la teotihuacana.
Las canoas son símbolos lunares. Representan a la serpiente de dos cabezas, el emblema de Coyolxauhqui, serpiente de la que Sahagún dice:
Hay una culebra en esta tierra que tiene dos cabezas: una en lugar de la cabeza, otra en lugar de la cola, y llámese maquizcóatl: tiene dos cabezas y en cada una de ellas tiene ojos, boca, dientes y lengua; no tiene cola ninguna. No es grande ni es larga, sino pequeña; tiene cuatro rayas negras por el lomo, y otras cuatro coloreadas en un lado y otras cuatro amarillas en el otro; y ésta culebra se llama culebra espantosa, raramente aparece; tienen ciertos agujeros acerca de esta culebra…
Además hay esculturas indígenas con la representación de la serpiente de dos cabezas, pero su representación viva la encontramos en las canoas de Xochimilco donde bogan con el cuerpo hundido.
Sobre el el origen de las trajineras
Las trajineras de xochimilco no son propias de Xochimilco. Su origen radica en las costumbres de Veracruz:
El origen de los acallis se descubre en el mandato de Ce-AcatlTopilzin-Quetzalcoátl al llegar al mar veracruzano, donde pide a sus seguidores le construyan una embarcación de forma de serpiente la Coatlapechtli.
De los colores de la pintura de las canoas, el amarillo y el rojo son los de la Maquizcóatl, serpiente que existió en los pantanos.
El simbolismo de aquella serpiente cuate está en las canoas que navegan en los caminos lacustres, donde todavia se pueden ver las culebras negras que huyen con la cabeza levantada mostrando el rojo y negro de sus lenguas bíficas (la Maquízcóatl lo hacía con sus dos cabezas en alto). Dejan una estela plateada al alejarse al igual que las canoas del legendario chinampero.
Créditos a nuestras sorprendentes culturas.
Bibliografía:
Cordero, R. (1992). Mitos y leyendas de Xochimilco. Leyenda.